La Pobreza En El Salvador

A lo largo de la historia, nuestro país El Salvador, se ha caracterizado por ser un país luchador, que ha sabido enfrentar las dificultades y salir adelante. En nuestro pequeño territorio, nuestra enorme población, ha batallado contra las pésimas condiciones de vida a lo largo de muchos años.

Pero en este momento nos enfrentamos a un hecho, que día a día se hace más evidente. Nuestro pueblo está cansado. Han sido tantas décadas bajo el yugo de la explotación, que el vaso se encuentra a punto de rebalsar.

El 58% de nuestra población vive bajo el umbral de la pobreza. De este 58%, el 27% corresponde a salvadoreños que sufren de pobreza extrema, es decir que viven en condiciones inhumanas de vida.

Las causas son varias: el desempleo, el acelerado crecimiento poblacional y la privatización. Pero lo más difícil de enfrentar son sus consecuencias.

Sin embargo, a mi opinión, a muchas otras causas que incluso son más determinantes que estas. Como por ejemplo, el hecho de que la base de nuestra economía sean las remesas. En sí, este no es el problema, ya que es un apoyo económico que los salvadoreños que se encuentran fuera del país le envían a sus parientes que residen aquí, lo cual obviamene trae beneficios. El problema se genera cuando las familias que reciben ingresos en forma de remesas, se acomodan a ello, y deciden manterse simplemente recibiendo este ingreso; dejan sus trabajos y sobreviven a costa de sus parientes fuera del país. Esa inactividad, esa holgazanería, esa comodidad, son las que acrecientan la situación de pobreza aquí en nuestro país.

Además de esto, nuestro gobierno, un gobierno que propone la libertad pero que dispone por la injusticia y la opresión. Tengo que admitir que es un gobierno inteligente, porque lo es; inteligente porque han sabido ocultar las grandes redes de corrupción y persuadir a muchos salvadoreños a apoyarlos. Inteligente además porque ha logrado cubrir su intento por fomentar la ignorancia con proyectos educativos ineficientes e incluso absurdos. Inteligente porque se hace llamar un gobierno solidario y comprensivo con la difícil situación de la familia salvadoreña, cuando en realidad solo invitan a la población a la conformidad y la comodidad.

Pero dejando de lado, opiniones, regresemos a los hechos y a la realidad.

A causa de los altos índices de pobreza en nuestro país, se generan y agudizan los siguientes fenómenos:

a) Desnutrición: Muchos niños, adultos y ancianos mueren a diario a causa de la desnutrición que padecen.

b) Migración: En la actualidad, 720,000 salvadoreños salen de nuestro país anualmente en busca de oportunidades. Sin embargo, el hecho de ser latinoamericanos es un obstáculo para muchos de estos salvadoreños que se van del país, ya que la discriminación racial les impide salir adelante.

c) Desintegración Familiar: Esta va de la mano con la migración, ya que muchos salvadoreños que migran, abandonan a sus familias en búsqueda de un mejor porvenir.

d) Delincuencia: Las familias pobres, son las que presentan mayores índices de violencia intrafamiliar, y muchos jóvenes que viven en condiciones de pobreza, se ven en la necesidad de cometer actos delictivos para poder sobrevivir.

Son datos alarmantes, y que nos hacen pensar que podemos hacer para cambiar esta situación. Pero ¿qué tanto estamos actuando?

Muy grande puede ser la dificultad, pero si nos esforzamos, podemos superarla. Es por ello que tenemos un compromiso. Nosotros somos los únicos que podemos actuar. ¿Qué podemos hacer?

Lo más importante, es prepararnos. No podemos dar algo que no poseemos, y por lo tanto no podemos ayudar a otros si nuestra condición no nos lo permite. Por lo tanto, nuestro deber como jóvenes es prepararnos académicamente y convertirnos en profesionales. De esta forma nuestra condición nos permitirá ayudar a otros, ya que evitaremos ser engañados por personas que intentan aprovecharse de la ignorancia de muchos, y podremos defender a aquellos que pueden defenderse por si mismos.

Pero una cosa muy importante, es que paralelo a nuestra preparación profesional, se encuentre nuestra base de valores. Tenemos que revestirnos de honestidad, honradez, responsabilidad y solidaridad, y sobre todo defender la justicia, la igualdad y la libertad. Necesitamos, como jóvenes, concientizarnos de la situación que vivimos, y construir una base sólida de valores para edificar una nueva sociedad.

Los invito a que demos un paso adelante, y defendamos ese espíritu luchador que nos caracteriza a los salvadoreños. Luchemos juntos.